Dificultades para aprender a leer de forma fluida, complicaciones para mantener la atención o incapacidad para controlar los impulsos. En cada aula de enseñanza obligatoria hay, como mínimo, dos niños con alguno de estos trastornos de aprendizaje. Unos problemas que, de no ser diagnosticados a tiempo y correctamente tratados, pueden llevar a estos niños al fracaso escolar.
Ésta es la principal conclusión del informe El aprendizaje en la infancia y la adolescencia elaborado por el Servicio de Neurología Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat (Barcelona). Se trata de un estudio que propone medidas para detectar estos trastornos y dar respuesta a los alumnos que los sufren dentro del sistema educativo. Según las estimaciones del estudio, en este curso 2010-2011 en Cataluña hay, como mínimo, 57.000 alumnos con trastornos específicos del aprendizaje y en el resto de España, 385.000. Los más diagnosticados son la dislexia -entre un 5% y un 17% de la población infantil- y el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)- entre un 8% y un 12% de los niños-.
El diagnóstico precoz, clave
Los autores del estudio apuntan que el diagnostico precoz en el ámbito escolar es la clave para reducir los transtornos. Una evaluación formativa constante del alumno por parte del profesorado puede contribuir a detectarlos más rápido. Pero los especialistas sostienen que el sistema educativo no está "suficientemente preparado" para este tipo de problemas.
Soluciones personalizadas
En el caso de los disléxicos, los doctores proponen darles un tiempo extra para realizar exámenes escritos y potenciar los exámenes orales. En cuanto a los alumnos con un TDAH, proponen a los profesores que les entreguen de manera fraccionada los exámenes.
Pero no todo el peso recae en los colegios. La implicación de los padres en la educación de los hijos -en coordinación con la escuela- es fundamental para reducir los efectos del fracaso escolar.
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