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sábado, 13 de noviembre de 2010

Curiosidades en la Música Clásica


– DUELO DE TITANES. El fenómeno del virtuosismo también alcanzó al piano. Figuras como Thalberg, Liszt o Chopin brillaban con luz propia en el París del siglo XIX: la fama de alguno de ellos fue tal que en 1837 hubo un famoso duelo entre los dos grandes genios del piano: Liszt y Thalbergenfrentaron sus talentos en un famoso salón parisino. Nunca quedó claro quién fue el vencedor y el vencido de este singular y entrañable desafío.
- OBSESION FATAL. Empeñado en emular a Paganini, Schumanntruncó su carrera como pianista al atar el dedo medio de su mano derecha para asegurar la independencia de los dedos al tocar. Lo único que consiguió fue una parálisis en su mano que cercenó sus sueños para siempre.
- EL GRAN THALBERG. Este gran genio tenía tal fama como pianista virtuoso que el propio Berlioz en ocasiones aseguraba de él que parecía tocar, no a dos, sino a tres manos.
- La famosísima bagatela de Beethoven, para piano conocida como «Para Elisa» debe su popular nombre, según parece, a la confusiónde algún copista a la hora de transcribir el manuscrito original de la partitura. Debido a la mala legibilidad de la dedicatoria, donde parece estar escrito «Elisa» debe leerse, en realidad, «Teresa». Así, la bagatela debiera ser conocida como «Para Teresa».
- Las famosas cuatro primeras notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven fueron utilizadas en las transmisiones radiofónicas de la Segunda Guerra Mundial para fortalecer los ánimos, dado que en el código Morse tres puntos y una raya (esto es, tres notas cortas y una larga) equivalen a la «V», es decir, «Victoria».
- A los catorce años Mozart era ya un afamado genio precoz que viajaba con su padre para dar distintos conciertos por ciudades y cortes europeas. Fue a esa edad cuando, pasando por Roma, acudieron ambos a la Basílica de San Pedro del Vaticano para escuchar un concierto que se ofrecía en la Capilla Sixtina y en el cual se interpretaba un famoso Miserere, obra de Allegri, cuya partitura era celosamente guardada y sobre la cual pesaba la prohibición de copiarla o reproducirla fuera del Vaticano. Tras el concierto, y ya en su alojamiento, el joven Mozart fue capaz de transcribirla de memoria nota por nota sin equivocarse, con lo que la partitura dejó de ser secreta y Allegri alcanzó cierta posteridad que de otra forma se le hubiese negado.
- El genial compositor, Manuel de Falla, tenía una personalidad un tanto especial.
Entre sus múltiples manías se encuentra una fuerte aversión a la suciedad, hasta el punto de tener que desinfectar personalmente con alcohol cada una de las teclas del piano en el que tocaba cuando daba un concierto, por el simple hecho de que había pasado por muchas manos. Tenía fobia a los microbios. Incluso llegó a desarrollar una tendinitis de tanto lavarse las manos.
- Franz Schubert componía con una guitarra ya que era tan pobre que no podía disponer de un piano.
- El compositor del siglo XVII Jean-Baptistet Lully, murió al gangrenársele una herida que se hizo en el pie con un bastón que utilizaba para llevar el compás durante la interpretación de una de sus composiciones.
Beethoven tenía un oído tan fino que, la continuada exposición a su propia música, le llevó a vivir parte de su vida con una sordera parcial y su Novena Sinfonía la compuso plenamente sordo.
El compositor John Cage cuenta que, en cierta ocasión entró en una cámara anenoica para hacer experimentos en un ambiente en el que no se produjera ningún sonido. Cage escuchó con toda atención y llegó a la conclusión de que, a pesar de todo, oía dos sonidos, uno grave y otro agudo. Los científicos le informaron de que el sonido grave era su propia sangre circulando y el agudo su sistema nervioso funcionando. Cage llegó a la conclusión de que el silencio no existe.
Lucciano Pavarotti fue uno de los grandes tenores del siglo XX pero pocos conocían hasta hace poco tiempo (1.997) que !no sabía música!. Era incapaz de leer una partitura. “Ya soy demasiado viejo para aprender…”. Y cómo lo hacía, os preguntaréis. Pues tiene establecido un sistema de símbolos y líneas de colores ascendentes y descendentes que indican la evolución de la melodía, que le sirve como recordatorio a la hora de interpretar.
El piano en un instrumento que habitualmente se toca con las dos manos. Sin embargo, el compositor francés Maurice Ravel escribió un concierto exclusivamente para la mano izquierda dedicado a un pianista amigo suyo que acababa de perder la mano derecha en la guerra.
En una cena celebrada en Berlín en honor a Brahms, el anfitrión propuso un brindis: “por el más grande de los compositores”. Brahms se levanto de inmediato y, alzando su copa, dijo: “Por Mozart”.

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