Adwan, coautor de Aprendiendo la narrativa histórica del otro, piensa que "ocultar los argumentos del bando contrario o representarlo solo con estereotipos negativos solo sirve para perpetuar el conflicto". Y cree que la prohibición, y el revuelo mediático posterior, es reflejo de un clima de incomunicación y desconocimiento entre palestinos e israelíes.
Las hojas de este manual para alumnos de historia de instituto están divididas en tres columnas horizontales. En una, la versión israelí de un hecho histórico como "la guerra de independencia" de 1948. En otra, el mismo suceso según la interpretación palestina bajo el epígrafe "An Nakba, la catástrofe, 1948". Y en medio, un espacio para que el estudiante escriba sus impresiones. Así con toda la historia reciente de la región.
Hasta hace unas semanas, una veintena de maestros palestinos e israelíes lo utilizaban en sus aulas de forma semiclandestina. Pero la visita de una delegación de alcaldes suecos dispuestos a firmar un convenio con los ministerios de Educación palestino e israelí trasladó el asunto a las primeras páginas de los periódicos. El siguiente paso fue llamar a filas a los profesores díscolos.
Michal Wasser enseña historia en Sha'ar Hanegev, un instituto al sur de Israel, convertido estos días en centro contestatario. Representantes del ministerio pidieron al director del centro que prescindiera del texto. Los alumnos de Wasser han pedido audiencia en el ministerio para protestar por la decisión.
Wasser explica que los estudiantes en Israel "no saben casi nada de los palestinos. Lo único que aprenden es la narrativa sionista". Para ella, la mayor virtud del manual de la discordia es que "los alumnos aprenden a escuchar a la otra parte. No se trata de que se crean lo que dicen los palestinos. Se trata de comprender los argumentos del contrario como primer paso para solucionar un conflicto". Añade que sus alumnos, como el resto de los israelíes, deben ir al ejército a partir de los 18 años "sin saber nada de las personas con las que se van a enfrentar".
Desde el ministerio de Educación israelí explican que solo se pueden utilizar libros con aprobación oficial y que este no la tiene. La portavoz añade que los autores ni siquiera han solicitado permiso. Es muy poco probable que hubiera obtenido la luz verde ministerial, a juzgar por lo escrito por Zvi Zameret, del departamento de Pedagogía del ministerio, en el diario Haaretz. Considera el libro "falaz" y "repleto de distorsiones".
La iniciativa tampoco convence a la Autoridad Palestina. Aunque acordaron con los suecos utilizar el manual en algunas escuelas como proyecto piloto, después de pensárselo dos veces decidieron alejarlo de las aulas. "No lo hemos aprobado ni tenemos planes para aprobarlo", indica Gassan Khatib, portavoz de Autoridad Palestina.
Adwan, el profesor de Belén, dice que el cambio de actitud de los palestinos obedece a una oleada de protestas de sindicatos, académicos y políticos, quienes creen que enseñar a los estudiantes los argumentos israelíes "puede hacer daño a la causa palestina".
El libro, escrito por 12 profesores israelíes y palestinos a partir de finales de los noventa en árabe y en hebreo, ha sido traducido a varios idiomas, incluido el castellano.
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